Iniciar historias no es fácil. Encontrar el balance entre entregar lo suficiente para hacer todo atractivo, y no llenar de tantos detalles que puede llegar a abrumar, es un arte que debe dominarse. Historias como SPY x FAMILY y Ousama Ranking logran ese balance, y en el caso de Sono Bisque Doll wa Koi wo Suru (o My Dress-Up Darling), también, y vamos a ver por qué.
La historia sigue a Wakana Gojou, un joven de 15 años que tiene la poco común afición de hacer muñecas tradicionales y dedica gran parte de su tiempo a practicar este arte. Tan absorbido está en esto, que no tiene amigos, y por experiencias de su pasado teme abrirse al resto sobre sus aficiones, pensando que lo encontrarán raro y lo aislarán todavía más. Por chance, termina interactuando un poco con Marin Kitagawa, una compañera de clase que es lo contrario a él: extrovertida, honesta y sin miedo de mostrar lo que le gusta o disgusta. Además, es popular y su apariencia le permite trabajar de modelo a tiempo parcial. Para Gojou, es una persona inalcanzable que no podría entender su situación.
Después de un par de eventos, ambos terminan encontrándose otra vez en la sala de costuras de la escuela. La honestidad de Kitagawa logra abrir a Gojou, quien admite su gusto por la fabricación de muñecas y, además, conoce la afición de Kitagawa: quiere hacer cosplay, y fue a esa sala a continuar con la confección de su disfraz, el que Gojou nota que está muy mal hecho. Sintiendo por primera vez que compartía un poco de su mundo con alguien, y contagiado por la honesta y alegre personalidad de Kitagawa, termina aceptando a ayudarla en su disfraz, usando su conocimiento de confección de ropa de muñecas y cumplir su sueño de hacer cosplay.
Si se ve desde una perspectiva amplia, esta historia parece más de lo mismo: el chico pasivo, sin amigos (o con un solo mejor amigo usado de alivio cómico) y que es sacudido de su rutina gris por una chica cálida a la que termina ayudando a cumplir sus sueños, o con la que se ve forzado a estar por una u otra razón. Gran parte de las historias de romance en el anime o manga empiezan así. Pero hay algo que Sono Bisque Doll hace para sacudir la fórmula, y no es sólo impulsarse de la popularidad del cosplay.
Lo que hace es que complementa muy bien a sus personajes principales. En otras historias, el personaje masculino parece encontrar casi una molestia la sacudida de la chica que llegue a él, y trata de evitarla a toda costa, o a ser absorbido por los sueños de la chica, olvidándose de sí mismo por completo. En cambio, en Sono Bisque Doll vemos cómo Gojou y Kitagawa comparten un poco de su mundo, se encuentran con alguien a quien no hace falta esconderle sus gustos, ya que los acepta, y se apoyan en los sueños que ambos tienen. Para Gojou, la llegada de Kitagawa fue el impulso que necesitaba para reencontrarse con su motivación. Y para Kitagawa, la llegada de Gojou fue encontrar la compañía que le hacía falta para poder completar sus sueños.
Entre eso, verlos felices al interactuar entre ellos, cómo su relación va creciendo, y lo parecido que se vuelven sus personalidades al hablar de sus gustos, hace que esta historia sea un poco de aire fresco en un género que se sentía estancado. Ni Kitagawa ni Gojou están obligados a estar juntos, pero al complementarse logran crecer y alcanzar alturas que no podrían solos, y eso a veces atrae mucho más que solo ver una historia de amor.
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Reseña
Muy buena reseña, muy cierto sobre los protagonistas son personajes refrescantes y anqué tiene un estilo de arquetipos "clásicos" para nada se sienten cliché, aunque creo que su punto débil son sus personajes secundarios pues siento que no ofrecen nada nuevo, o al menos es lo que vi en el anime por que en el manga lo ignoro por que no sigo. Me gustaría ver mas el estilo de comedia romántica como Tonari no Kaibutsu-kun pero parece que este estilo hace años que murió. saludos
ResponderBorrarEfectivamente, este es un anime que no cae un cliché cualquiera. Muy recomendable la historia.
ResponderBorrarSaludos.